libro Amor Eterno. Cartas de Adán y Eva | Page 5

5

APAGA mis ojos y podré verte,

cierra mis oídos, y podré oírte,

y sin pies podré llegar hasta ti,

y aun sin boca podré conjurarte.

Córtame los brazos, te adoraré

con el corazón como con la mano;

para el corazón latirá el cerebro,

y si arrojaras fuego en mi cerebro,

aún te llevaría sobre mi sangre.

Rainer María Rilke (1875-1926)

Este poema estaba dedicado inicialmente a Lou Andreas-Salomé, antes compañera de Freud y Nietzsche, de la cual Rilke estaba enamorado. Posteriormente, este poeta checoslovaco lo incluyó en el Libro de horas como una forma de dirigirse a Dios.