libro Amor Eterno. Cartas de Adán y Eva | Page 30

EL Mundo, inicio de la Creación

Querida Eva:

Te escribo esta carta para contarte que después de todos estos años, reconozco que estaba equivocado acerca de ti al principio. Al comienzo creí que hablabas demasiado, eras todo interés, vehemencia, vivacidad.

Todo era para ti un encanto, un misterio, júbilo. Yo creía que tú venías a usurpar mi lugar, que no tendría más tranquilidad; me irritaba tu imaginación, creatividad, tu pasión por conocerlo todo. No comprendía por qué habías venido o el porqué de tu creación.

Pero me di cuenta de que no me gustaría estar solo, en silencio, que tu hermosa voz saliera de mi vida. Con tu ternura y dulzura mis días se iluminaban, eran siempre soleados. A pesar de tener desacuerdos, todo a tu paso se veía mejor, se volvía más alegre, hermoso. Siempre se encontraba algo positivo en todo. Has cambiado la mirada que tenía sobre las cosas, mi carácter, el trato hacia los demás.

Has despertado en mí sentimientos que no conocía. Al mirar atrás, comprendí que era una persona solitaria, necesitaba la compañía de un ser como tú, necesitaba de tus charlas. Tu presencia despertó esa sensación de querer algo o a alguien. Poco a poco me fui enamorando. ¡Oh, qué sentimiento tan hermoso y más maravilloso! Es que quiero estar contigo siempre. No dejo de pensarte, admirar tu persona, tu belleza. Me hiciste conocer lo más bello de este mundo: el Amor.