La escritora y doctora en ciencias sociales Elsa Drucaroff pide matizar las aseveraciones que, al destacar la participación de las mujeres, ponen el énfasis en su vocación de heroísmo y amor a la patria, o dan por supuesta una tajante división de lo público/privado en términos de género que ellas transgredirían.
"Si salían a defender su casa y sus hijos fusil en mano no es porque se tratara de mujeres extraordinarias que querían ocupar puestos de hombres", explicó a Télam la autora de las novelas históricas "La Patria de las Mujeres" y "Conspiración contra Güemes", entre otras.
Es que, "al no haber una clara separación entre lo público y lo privado", cada vez que los realistas invadían una ciudad, los patriotas no sólo debían someterse a una nueva autoridad sino que corrían el riesgo de ser expropiados.
Y cuando los hombres marchaban al frente de batalla, quienes estaban allí para hacerle frente a la situación eran sus esposas.
un doble papel".
"El de ejemplo a seguir –por lo de su abnegación, patriotismo y fervor revolucionario solían ser destacados- y el de 'retaguardia' de los hombres movilizados, tanto como mano de obra en la producción, como auxiliares en el frente y como principal sostén del hogar ante la ausencia de maridos e hijos", dijo.
Una nómina de mujeres de destacada participación en el decenio 1806-1916 no puede dejar de incluir a Manuela Pedraza, Martina Céspedes, Juana Azurduy, María Loreto Sánchez de Peón Frías, María Remedios Valle y Mariquita Sánchez de Thompson.
Manuela Pedraza, también conocida como "la Tucumanesa" por ser oriunda de esa provincia, se destacó en la Reconquista de Buenos Aires (1806), enfrentándose a los ingleses junto a su marido, José Miranda, en las calles de Buenos Aires, incluso después de que este soldado del regimiento de Patricios cayera abatido por fuego de los invasores.
Martina Céspedes aparece en las crónicas de la defensa de Buenos Aires ante la segunda invasión inglesa (1807): en complicidad con sus tres hijas logró tomar prisioneros a 12 soldados ingleses
la escritora habla de
espiaban al servicio de la guerrilla de Güemes, cuya historia define como "de sobrevivencia".
"La visión tradicional es '¡qué mujeres heroicas que rompieron los moldes de su época!'. Eran mujeres valientes pero su objetivo no era ese, como tampoco lo era el de las que en el 2001 se lanzaron a manejar taxis", aseguró.
Por otro lado, ninguno de los bandos en juego estaba dispuesto a hacer concesiones a las mujeres en términos de igualdad, y el proyecto de nación independiente que empezó a delinearse durante este período "no era una patria de las mujeres", a pesar de lo cual la revolución se valió largamente de ellas.
En su libro "Mujeres tenían que ser", el historiador Felipe Pigna asevera que a la hora de fortalecer el "frente interno", es decir, sumar apoyo local para la guerra de independencia, "las mujeres ocupaban
el Rol de la mujer desde los tiempos de la independencia hasta hoy.....