TEMAS ESPECIALES
DISCURSO DEL Tnte.Gral PNP GC
ALFREDO BARRIOS ESQUIVEL
Con motivo
de las Bodas
de Oro de la
Promoción de
Oficiales 1968
“Tnte. Crnl.
GC Leopoldo
Soto Navarro”
Señoras y Señoras:
A
l asumir este especial encargo debo expresar nuestro
agradecimiento al Sr. Tnte.
Gral. PNP Jorge FLORES GOICOCHEA,
Director General de la Policía Nacional
del Perú, Víctor DALMIRO CARRERA
QUINTANILLA, Director de la Escuela
de Oficiales de la PNP por haber tenido a
bien autorizar la realización de esta importante ceremonia. Expresar asimismo,
con profunda emoción que hoy es una día
de imborrables recuerdos que el tiempo
en su inexorable discurrir se ha encarga-
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do de perennizar en la vida de quienes en
esta fecha, celebramos nuestras bodas
de oro promocionales.
Cinco décadas, 50 años han trascurrido desde marzo de 1964 hasta la
actualidad. Inicialmente 55 pre-cadetes
aspirantes ingresamos al alma mater de
nuestra histórica y querida escuela de
oficiales de la GC de la Av. De los Incas
en el tradicional Barrios Altos del Cercado de Lima. Al año siguiente, 1965, se
incorporaron 55 efectivos procedentes de
la institución al 1er. año de cadetes conformando la nueva promoción.
En 1966 por disposición superior se
llevo a cabo una promoción acelerada
por lo que se desarrolló el plan académico correspondiente al 2do. Y 3er. año
de cadetes en el año cronológico. Desde
ese año (1966) y el siguiente (1967) la
promoción fue distinguida con el galardón
de la “Eficiencia” distintivo bordado que
portamos con orgullo hasta el 4to. año
en la manga de nuestros uniformes como
inventivo al haber obtenido el mayor promedio de notas entre las cuatros compañías de cadetes.
A mediados del año 1967 diez cadetes de la promoción, cursando el cuarto
año, viajamos a España para ocupar el
mismo número de becas en la academia
Revista Guardia Civil
especial de la GC con sede en Madrid
al culminar el año 1967. Con fecha 01
de enero de 1968 fuimos flamantes
alféreces los que egresamos del alma
mater institucional, recibiendo nuestros
despachos y correspondientes espadas de
manos del Presidente Constitucional de la
Republica Arq. Fernando Belaunde Terry,
como verdaderos “Caballero de la Ley”.
Iniciamos nuestra carrera profesional inspirados por esa pujante vocación de servir
a la sociedad, siendo destinados el primer
año a las comisarias del ámbito jurisdiccional de Lima y Callao donde ya habíamos realizado previamente las recordadas
prácticas policiales para, posteriormente
en 1969, ser cambiados de colocación a
localidades de las tres regiones naturales a
la largo y ancho del territorio patrio.
En el curso de la carrera, los conocimientos policiales se fueron renovando e
incrementando mediante los cursos de
capacitación perfeccionamiento hasta el
de más alto nivel: Instituto de altos estudios policiales, que la propia institución
ofrecía a sus miembros así como las becas para lograr especialidades tanto en el
país como en el extranjero. Recordamos
también que el comando institucional
dispuso con nuestra promoción la puesta
en práctica del nuevo proyecto elaborado
para los exámenes de promoción, ascen-