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INSTITUCIONAL Además, viabilizar los mecanismos para poder “ingresar” los equipos de inteligencia electrónica al interior de la residencia mediante operaciones especiales, que de ninguna manera debían ser descubiertas por los terroristas, periodistas, Comisión de Garantes, Cruz Roja Internacional, ni siquiera por los rehenes que no fueron seleccionados en el proceso de reclutamiento de inteligencia; carnetizar e identificar a todos los periodistas nacionales y extranjeros que se encontraban cubriendo el evento; recojo y análisis de los desperdicios (basura) en la que salían notas de los rehenes, instalación de bases de trabajo de ubicación estratégica y coordinar con los efectivos de la FBI, así como con la Policía Metropolitana de Tokio. El primer “bicho” o micro, ingresó oculto en el bastidor de un cuadro con la imagen del Señor de los milagros, luego ingresaron en los termos, dos cajas de frutas, escobas, una guitarra con estuche, un crucifijo de madera, linternas de mano y una Biblia , entre otros, lo que permitió la grabación y escucha en tiempo real de todos los acontecimientos que se desarrollaban al interior de la sede diplomática, tanto del comportamien- Pocos conocen parte de esta historia. Después de 17 años, aún permanece enterrada la valiosa y crucial participación que tuvo la policía en el desenlace de la operación militar “Chavín de Huantar”. to de los emerretistas como de los rehenes. Posteriormente dichas cintas magnetofónicas eran sometidas a un riguroso proceso de escucha y apreciación de situación por parte de la Oficina de Análisis de la DIRCOTE, para luego ser enviados al SIN. Al terminar la operación que recuperó la residencia nipona y rescató los 72 rehenes con el mínimo costo, gracias a la puesta en marcha de la gran maquinaria de inteligencia y contrainteligencia por la policía, principalmente la DIRCOTE, esta unidad hizo vanos intentos por hacer pública su participación y lo relevante del gran sacrificio, dedicación y profesionalismo que desplegó su personal desde el primer minuto en que se tomó conocimiento de la tragedia nacional ocurrida la noche del 16 de Diciembre de 1996 y perpetrada por una banda de delincuentes liderados por Néstor Cerpa Cartolini (a) c. Evaristo, pero fueron intentos vanos para reivindicar la participación de los policías ya que quedaron sepultados en el anonimato por culpa del director general PNP de aquel entonces, Tnte. Gral. Víctor Alva Plascencia, quien cumpliendo órdenes emanadas del Servicio de Inteligencia Nacional en donde reinaba Vladimiro Montesinos, silenRevista Guardia Civil ció , bajo amenaza de sufrir drásticas sanciones a quien se atreviera a desmentir las declaraciones difundidas por el Gobierno en todos los medios de prensa, en el sentido que la recuperación de la residencia fue un trabajo concertado por e