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Desde que se decretó el estado de Alarma
se han pospuesto muchos conciertos, se
han cerrado las salas… nos ponemos al
habla con Javier Olmedo director de La
Noche En Vivo
¿Cómo ha afectado el estado de alarma a
los dueños de las salas de conciertos?
El estado de alarma ha supuesto el cese
total de nuestra actividad y por lo tanto
los dueños de las Salas de conciertos se
han encontrado con un escenario muy
complicado. Por una parte la inviabilidad
para mantenerse debido a los gastos que
siguen soportando por tener cerrados sus
espacios y, por otro, de desprotección ante
la tardanza de recibir eficaces medidas
protectoras.
¿Ha habido algún tipo de ayuda a las salas
de conciertos desde las instituciones?
Debido a la magnitud de la crisis sani-
taria, a día de hoy únicamente contamos
con el apoyo moral y la comprensión de
las administraciones. Hemos trasladado
nuestras necesidades y estamos a la espera
de la publicación y puesta en marcha de
posibles ayudas de manera específica.
¿Qué clase de ayudas necesitan ahora
mismo las salas de conciertos?
Las ayudas más necesarias son las que
suponen la disminución de los gastos que
mantenemos al estar cerrados
como por ejemplo las destina-
das para hacer frente al pago
de los alquileres o la falta
de liquidez para hacer
frente a las declaraciones
tributarias de impuestos
o tasas en este periodo.
Somos pequeñas
pymes o autónomos
y por tanto necesita-
mos también que se
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materialicen las ayudas para soportar las
cuotas de autónomos y se flexibilicen los
ERTES que se han producido en el periodo
de alarma.
¿Cuánto tiempo se puede aguantar esta
situación sin abrir puertas?
Es muy difícil valorarlo. Sin ayudas
urgentes, posiblemente muy poco tiempo y
dependerá de cada caso particular.
Nos preocupa enormemente que en las
noticias aparecidas de las posibles reaper-
turas, nuestro sector va a ser uno de los
últimos en recuperar su actividad. Estar
muchos meses cerrados puede derivar en
la terrible disminución de un importante
número de salas que puedan abrir si no
son atendidas urgentemente nuestras
necesidades.
Habéis tenido reuniones con las institu-
ciones para contarles vuestro problema.
¿Hay motivo para el optimismo o todo lo
contrario?
Desde el primer momento hemos con-
tactado con las tres administraciones para
trasladarlas la alarma y la precariedad de
nuestra situación. De manera particular,
a nivel autonómico y municipal tenemos
buena comunicación con sus responsables
culturales que si nos apoyan y compren-
den. Nos han trasladado su intención de no
dejarnos caer y aprobar medidas especí-
ficas que esperamos se concreten en bre-
ve. A nivel nacional la interlocución
la estamos realizando de manera
conjunta a través de platafor-
mas culturales y empresaria-
les. Está siendo mucho más
difícil y lento el proceso
ya que son necesarias
medidas transversales que
necesitan la participación
de varios ministerios.
En otros países se han creado ayudas
para el mundo de la cultura, pensáis
que debería haber una acción a nivel de
Europa para proteger las salas, los sellos
discográficos, los músicos… en definitiva
la cultura.
Es imprescindible que todo el sector
musical y la cultura en general tengan
un grado protección habitual y constante
desde Europa. Esta crisis debe servir para
evidenciar la importancia de la cultura en
nuestras vidas, para dotarla desde todos
los estamentos de la necesaria atención
para conservarla y para su desarrollo.
Tenéis una estimación de cuántos puestos
de trabajo directos e indirectos están
afectados por este estado de alarma en
vuestro sector.
Hablamos de miles de familias que ven
en peligro su supervivencia. En Madrid,
son cientos de puestos de trabajo direc-
tos afectados en el sector de las salas de
conciertos desde técnicos de sonido o de
luces a camareros, desde programadores a
responsables de comunicación. De manera
indirecta los números se multiplican de
manera considerable. Y, sobre todo no
preocupa la situación de los artistas que
cada noche actúan en nuestros escenarios.
El 80 % de los artistas actúan únicamente
en nuestras salas, no lo hacen en Festiva-
les o en otros espacios de más capacidad.
Más de 30.000 artistas tocan en las salas
de La Noche en Vivo anualmente y muchos
de sus ingresos dependen de su actividad
del directo. Son muchos de ellos amigos y
compañeros a los que estamos ayudando
también en estos momentos para que sus
propias reivindicaciones sean escuchadas
y atendidas.
Cuando termine el estado de alarma
¿Cómo pensáis que debería ser esa vuelta a
la normalidad para vuestro sector?
Lo primero que hay que lanzar es una
idea de optimismo y de esperanza. Esta
crisis la vamos a superar, es un momento
muy difícil y debemos estar más unidos
que nunca. La vuelta a la normalidad debe
ser cuando consideren los responsables
sanitarios que es el momento adecuado
para tener el control higiénico sanita-
rio y ofrecer la seguridad imprescindi-
ble para nuestros trabajadores, para los
artistas y para el público. Deseamos que
las reaperturas se hagan lo antes posible
pero comprendemos que serán lejanas al
día de hoy. Lo que hay que conseguir es
que puedan llevarse a cabo y por ello son
necesarias las ayudas institucionales. Si
podemos ofrecer ideas y colaboración para
las reaperturas. Hay modelos que ya se
están probando en otros países que nos
aventajan por sus plazos epidemiológicos.
Deseamos que todo vuelva a la normalidad.
Nos reencontraremos con los artistas y
confiamos en que el público nos apoyará
cuando abramos las puertas de nuevo.