Leyendas Latinoamericanas | Page 11

La leyenda del Insondú En esta leyenda tiene dos transcripciones. Esta es una. La que más me gustó. En esta versión había un luminoso odios y amores. Se llamaba Insondú. Era de esa persona que hacen que parezca fácil cazar, pescar bien y gustarles a todos. O a casi todos. Porque Isondú llegaba a una reunión y las jóvenes no buscaban excusas para acercarse. Simplemente venían a mirarlo, a conversar con él. Y lo rodeaban los amigos. Siempre, donde estaba Isondú había acción y risas. No era su intención, pero se destacaba de los demás. Como si tuviera una luz acompañándolo, dándole protagonismo. Los que no se agrupaban junto a Isondú , los que no le querían, empezaron a sentir que se perdían en su sombra. Se quedaban mirándolo, en la oscuridad. Primero solos, importes. Después juntos, envalentonados, compartiendo envidia. ¿Cómo son los pensamientos en la oscuridad? Son muy negros. Isondú lo supo una noche, cuando cayó en una trampa para cazar animales y sus envidiosos enemigos se abalanzaron sobre él. No se sabe con qué lo atacaron .probable mente con maza pero lo hicieron todos juntos, a la vez , por sorpresa. Si no nunca hubiera podido vencerlo. Le hicieron muchas heridas. Algunos dicen que veintidós y que el cuerpo de Insodú murió. Pero él era un indio de este mundo. Y de otros. El hecho fue que sus heridas cambiaron de color. Se aclararon, se volvieron blancas y brillaron. Unas luciérnagas con alas que se desprendieron del cuerpo alzando el vuelo. Se fueron agrupadas como pedacitos voladores de la Vía Láctea. Se transformado en luciérnagas. Antes no existían. El cuerpo mismo de Isondú se hizo volátil y se fue por ahí, con ellas. Desde esa noche, entre los ríos Paraná y Uruguay, hay una zona donde es casi imposible que alguien se deje ganar por la oscuridad del camino. Mucho menos que se pierda. 10