Leyendas coloniales 1 | Page 19

Sugirió al dueño de aquella casa, un precio para comprarla, pero recibió constantes negativas hasta fijarlo en un costo tan alto que tuvo que dar todo su patrimonio de años a cambio.

El precio valió la pena cuando al asomarse por la ventana y extender su mano pudo tocar con sus nudillos la ventana del cuarto de su amada.

La sorpresa de Doña Carmen, fue mayúscula cuando, asomada a su balcón, encontró a tan corta distancia al hombre de sus sueños.

No hicieron más que jurarse amor eterno y planear como se verían todas las noches a través de esos balcones tan cercanos.

Cuando más abstraídos se encontraban los amantes, arropados en un cálido beso, del fondo de la pieza se escucharon frases violentas.

Era el padre de Doña Carmen reprendiendo a Brígida, quien se jugaba la misma vida por impedir que su amo entrara a la habitación de su señora.

El padre arrojó a la protectora de Doña Carmen y al ver como su hija se besaba con ese miserable minero, con una daga en la mano y de un solo golpe, la clavó en el pecho de su hija lleno de rabia y coraje.

Don Luis enmudeció de espanto…la mano de Doña Carmen seguía entre las suyas, pero cada vez más fría y sin movimiento.

Ante lo inevitable, Don Luis dejó un tierno beso sobre aquella mano tersa y pálida, ya sin vida… El joven no pudo soportar vivir sin su amada Carmen y desesperado se suicidó, tirándose desde el brocal del tiro principal de La Mina de la Valenciana.

El Callejón del Beso aun existe en la hermosa ciudad de Guanajuato, está situado en la zona histórica, en las faldas del cerro del Gallo, una barriada que existía ya desde el siglo XVIII y que es sin duda, uno de los más típicos de dicha ciudad

Este callejón tiene la peculiaridad de que mide 68 cm de ancho y sus balcones están casi pegados el uno uno al otro, a la trágica distancia de “un beso”.

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