Para después terminar con su
propia vida al no poder
soportar la culpa de los actos
cometidos.
Desde ese día, se escucha el
lamento lleno de dolor de la
mujer en el río donde esto
ocurrió. Hay quienes dicen
haberla visto vagando
buscando desesperada, con un profundo grito de dolor y lamento que clama por sus hijos.
La culpa no la deja
descansar, su lamento se
escucha cerca de la plaza
mayor, quienes miran a
través de sus ventanas ven
una mujer vestida
enteramente de blanco,
delgada, llamando a sus
hijos y que se esfuma en el
lago de Texcoco.
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