es algo nuevo, ya que desde 1970 se han registrado represalias y
violencia en contra de los periodistas debido a la corrupción y al crimen
organizado; crímenes que han quedado impunes en el 99% de los casos
(Animal Político, 2019).
México es un caso en el que no solo una administración ha
fallado en materia de seguridad para dar la protección y justicia debida
a periodistas, sino que todo un sistema gubernamental, a través de
medio siglo, ha pasado por alto
casos preocupantes de violencia contra la prensa. México
es uno de los países más
e incluso ha acusado de
agresores a los propios
agredidos. Según el New York
Times (Osorno, 2017, parr. 1): peligrosos del mundo para
ejercer el oficio
periodístico. Solo en este
año han asesinado a seis
periodistas. Casi la
totalidad de los 106
asesinatos de periodistas
desde el año 2000 a la
fecha ha permanecido
impune.
El gobierno mexicano
podría estar usando el
software Pegasus, una
tecnología especial
destinada al combate de
grupos criminales, para
Hablamos de un Estado
que no solo ha sido incapaz de
proteger los derechos
fundamentales de los ciudadanos
por décadas, sino que ha sido
parte de la violación de estos
derechos y ha fallado en el
cumplimiento del contrato social;
en este sentido es válido
preguntarnos si su incompetencia
espiar e intimidar a
defensores de derechos
humanos, líderes
anticorrupción y
periodistas es un ejemplo
de cómo el régimen
autoritario nunca se fue
de este país.
El
asunto
es
particularmente grave en
al proteger a periodistas forma
parte de una estrategia en pro de
el contexto de violencia
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