El artículo El impacto de Internet en el Estado Democrático
estudia el efecto de Internet sobre el derecho de información y observa dos
aspectos primordiales. En primer lugar, que ya no existe distinción entre
ciudadanos y periodistas, prácticamente cualquier persona con un celular y
acceso a una red social puede convertirse en reportero de una situación en
tiempo real, solo habrá que agregarle un título dramático e impactante que
dé la sensación de ser una fuente fidedigna. Las personas hoy en día se
decantan por información que comparten sus semejantes, en vez de
guiarse por un medio de comunicación confiable. El segundo aspecto se
trata de la durabilidad y disponibilidad de la información es cada vez
mayor, solo hace falta teclear unas cuantas letras en el buscador para
encontrar información de cualquier tipo sobre cualquier situación y
persona. Una vez que algo está en la red, será muy difícil eliminarlo, pues
puede haber sido reproducido y enviado un sinfín de veces antes de ser
borrado, continuando con la desinformación y el mal uso de datos
(Cebrián, 2016).
La desinformación, el mal uso de datos personales y la
manipulación del electorado son los obstáculos más evidentes y urgentes
que le quedan por resolver a los gobiernos democráticos, y es que esto se
vuelve más preocupante al darnos cuenta de la manera en que esta red
forma cada vez más parte de la vida de los ciudadanos y se convierte en el
medio más influyente en situaciones de riesgo, como la pandemia por
COVID-19. Ese es el reto de las democracias modernas, emparejar el
poder político con el liderazgo en redes, para que exista realmente la
relación legítima y de comunicación que un gobierno democrático
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