Medios en otros países, como la revista estadounidense CNN,
también han publicado artículos acerca de las compras de pánico en
Estados Unidos que han desembocado en el desabasto de artículos
como papel higiénico, desinfectante de manos, alimentos no
perecederos y artículos para mascotas (Meyersohn, 2020). El estado de
Uttar Pradesh, en la India, también fue testigo de las compras de
pánico luego de que medios de comunicación divulgaran información
falsa acerca de que el distrito de Lucknow se aislaría por miedo a la
propagación del COVID-19. La gente salió a llenarse de productos
esenciales ignorando el propósito del distanciamiento social e
ignorando que se trataba de información falsa. El artículo de The Week
que reportó estas compras desenfrenadas, también recalcó el papel que
están jugando los medios de comunicación durante esta pandemia y las
consecuencias que pueden traer las exageraciones, distorsiones o
completa falsedad de la información (Awasthi, 2020).
El periódico español El País, en su artículo “Fake news”, la
otra pandemia que arrasa el planeta, cita al profesor Ignacio Blanco
titular de la carrera de periodismo en la Universidad CEU San Pablo,
cuando hace un llamado a la sociedad a parar la información falsa por
responsabilidad individual, puesto que está afectando las democracias.
El profesor afirma que muchos ciudadanos “a veces por falta de
pensamiento crítico, cuando no por una actitud infantil e ingenua, son
colaboradores necesarios en la propagación de mensajes
malintencionados que provocan odio, miedo, confusión e
insolidaridad”. El mismo artículo agrega los comentarios del profesor
en Ciberperiodismo de la Universidad Complutense de Madrid, Jesús
Miguel Flores, en el que habla acerca de bulos,– información falsa
difundida con el fin de dañar a alguien– como el de un falso remedio
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