internacionalmente poco después. Las autoridades chinas anunciaron
el 31 de diciembre de 2019 que se estaban enfrentando a un nuevo
brote de neumonía cuya causa desconocían y una semana después se
reportó que este brote era causado por un nuevo virus y se puso a
disposición del mundo información acerca de este. El 10 de enero se
reportó la primera muerte a causa del COVID-19 en China y el 13 de
enero se dio a conocer el primer caso fuera de China, en Tailandia.
Desde el primer momento, los medios de comunicación han
cubierto minuto a minuto el desarrollo y el alcance del virus. No
obstante, el constante recordatorio de la enfermedad y el tono
apocalíptico que adoptan las noticias que dichos medios difunden han
contribuido a crear pánico entre la sociedad y a promover fenómenos
como las compras de pánico, la discriminación o la paranoia de que
cualquier persona que estornude o tosa puede tener el virus. Grupos de
expertos internacionales en Derechos Humanos publicaron un
Desabasto de productos en los centros comerciales por las compras de pánico.
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