del estado de Texas, Dan Goeb Patrick, quien en una entrevista para la
cadena de noticias Fox News declaró; “Nadie se acercó a mí y me
dijo, como ciudadano de la tercera edad, ¿estás dispuesto a arriesgar tu
supervivencia a cambio de mantener la América que todos los
estadounidenses aman por tus hijos y nietos?” (Washington Post,
2020). Esto en referencia a la apresurada propuesta del presidente
Donald Trump de reabrir la economía estadounidense lo antes posible,
ignorando tanto las advertencias de la Organización Mundial de la
Salud como el enorme costo humanitario que aquello supondría.
Estas llamadas desesperadas para retornar a la normalidad
dejan entrever una incapacidad total del modelo económico actual para
enfrentarse a la hecatombe que supone el paralizar toda actividad
económica a la par que se combate una crisis sanitaria en un mundo
donde el acceso universal a la salud está lejos de ser una realidad.
Hasta ahora parecía que el desarrollo que el paradigma
económico nos encaminaba a un mundo donde las ayudas
gubernamentales y la existencia de un estado del bienestar serían cosas
del pasado. Cosas como la preocupante tendencia de desaparición de
pensiones para los jubilados - Como lo fue en México el caso de la
reforma de pensiones de 1997- dibujaban la imagen de un futuro de
incertidumbre e inestabilidad.
Sin embargo, esta situación ha forzado un cambio al enfoque
que se le daba al desarrollo económico,
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entendiendo que una