grandes corporaciones y la incapacidad de los estados para convertir
el desarrollo económico en una garantía de desarrollo social y mejor
calidad de vida.
En primavera del 2020 el brote de la pandemia mundial de
coronavirus parece haber sido punto de ruptura con este paradigma.
Para prevenir el inminente colapso del sistema de salud se impuso una
cuarentena a nivel global que significó el cierre de las actividades
productivas y de consumo en las principales economías mundiales,
conduciendo generando irremediablemente una recesión
La extensión y gravedad de los impactos económicos que tiene
la actual crisis global de COVID-19 son difíciles de calcular con
exactitud particularmente tomando en consideración que varios de sus
efectos en la economía mundial están aún por mostrarse como
fenómenos claros. Sin embargo en algo que la mayoría de los analistas
y organismos internacionales concuerdan es que la escala de la crisis
se equipara o incluso supera en muchos indicadores
a la recesión
experimentada a finales de la década de los 00's e llegando incluso a
los extremo.
El grupo financiero Goldman Sachs vaticina un
decremento del 34% del Producto Interno Bruto estadounidense en
2020 (Bloomberg, 2020). Así mismo, tanto el FMI como el banco
mundial predicen crecimiento lánguido o nulo para la economía
global. (Forbes, 2020). Para México las previsiones no son mucho
más alentadoras, con estimaciones de Citi-Banamex advirtiendo una
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