LETRINA SEPTIEMBRE Corregido | Page 47

LETRINA escritora Número 8 sino simple lectora apasionada, Septiembre 2016 ahora jugaba un papel fundamental en la redacción de las aventuras del detective Tarántula. Ocultando las manos detrás del pupitre tanto como pudo, Valeria respondió al mensaje de Jeremías. “Lo leo al rato y te escribo, ahorita estoy en clase”. Un par de horas más tarde, cómodamente instalada en el estudio de la casa que compartía con su madre, Valeria abrió su lap top y se dispuso a leer el archivo que le había enviado Jeremías. “El vientre de la ballena era el nombre de un bar de mala muerte que se encontraba en la parte vieja de la ciudad, y del cual -según McGuffin – Susana era una parroquiana asidua. Desde su llegada, Tarántula quedó sorprendido por lo sórdido y mugriento del lugar. No es que no hubiese estado acostumbrado a pisar establecimientos aún más decadentes - su trabajo como huelebraguetas le obligaba a codearse con las compañías menos recomendables – sino que de algún modo le costaba imaginar que alguien como la adivina frecuentara por gusto un sitio así. Le bastó una rápida ojeada para darse cuenta de que, por lo menos ese día, Susana no estaba entre los contados asistentes. Un par de borrachines sentados junto a una rockola grasienta se repartían los favores de una fichera gorda y vieja, y un oficinista con la camisa desfajada dormitaba frente a su tarro medio vacío en la barra. Aparte de ellos y las omnipresentes cucarachas, el cantinero parecía ser el único otro ser viviente del tugurio. Con gesto decidido, Tarántula se despojó del sombrero y la gabardina y los colocó sobre la barra. Luego, tomó asiento en un banquillo al lado del burócrata y se pidió una cerveza. - Estoy buscando a una persona - le dijo al cantinero después de dar el primer trago. El aludido volteó a ver al tipo de la camisa desfajada como si tuviera que pedirle permiso para hablar. - No estoy seguro de poder ayudarle – dijo al cabo de un rato. - Se trata de una mujer, una gitana – continuó Tarántula sin Página 47