LETRINA SEPTIEMBRE Corregido | Page 38

LETRINA Número 8 Septiembre 2016 Amaury Sánchez Este es un cuento con final feliz La caja, pesada, desciende. Cuatro desconocidos se esfuerzan por no dejarla caer de golpe. Un par de gruesas cuerdas sirven como un improvisado elevador. Todos, a excepción de los niños, lloran alrededor del agujero en la tierra: redimidos, incrédulos o silenciosos. Imagino que a uno de los enterradores comienzan a sudarle las manos. Los otros tres no podrían controlar el juego de poleas; los cuatro caerían sobre el ataúd, al fondo de la fosa. Vaya conveniente desgracia. Me pregunto si esas cuerdas se quedan ahí, si igual que la caja y el hombre dentro de ella, tienen la fortuna de ser enterradas también. En el portafolio siempre cargo con cuatro cajetillas de diferentes marcas. En internet nadie se pone de acuerdo sobre cuáles son los más perjudiciales… Prefiero no errar. Antes de llegar a casa de Paulina, tres cajas y media ya están vacías. Comparto con ella la última mitad, encerrados en su recámara. Como todos los días, antes de llamar a su puerta, escondo tres cigarros para el camino de regreso a mi departamento. Hago sonar el timbre. Paulina abre la puerta con su hijo en brazos. Al parecer, por algún motivo que intenta explicarme pero que no alcanzo a entender, no ha logrado dormirlo desde hace casi dos horas. Aun así, me invita a pasar. En la cocina la abuela prepara un platillo con zanahorias. El nombre del niño ha rendido honores a un padre desaparecido durante seis años. En mi portafolio, separada de las cajetillas, guardo una bolsa de gomitas de colores con forma de gusanos para él. Tomo una de ellas y jugamos a que cobra vida: agito mi mano fingiendo que el gusano se retuerce queriendo atacarme. No hay manera de acabar con él a menos de que lo lleve a mi boca. Arranco su cabeza de colores con una mordida y la batalla termina. Página 38