LETRINA SEPTIEMBRE Corregido | Page 27

LETRINA - Número 8 Septiembre 2016 Hoy no ha podido venir, tuvo que ir con el marido a casa de sus suegros. - Sabes que esa relación no va a llevarte a ningún lado. - No me jodas Laura, no soy un niño, ya hemos zanjado esto antes. - Lo que tú digas J, lo que tú digas…si cambias de opinión ya sabes dónde estamos. Corto la llamada, y entonces noto la estática del televisor. La señal del canal se ha ido. Sin proponérmelo, apenas moviéndome por inercia, me pongo una camisa limpia, las botas, y para cuando descubro lo que estoy haciendo ya estoy en la calle; buscando alguna tienda abierta. Compro cigarrillos y me detengo en una esquina a esperar un taxi pero con la misma celeridad inconsciente con la que me vestí me veo caminado de nuevo hacia el departamento. Me siento ridículo, patético. Espero una puta llamada, un puto mensaje que diga que me extraña. Que haga sentir que esta estática blanca que retumba dentro vale la pena. La espera termina siendo una hooker complaciente y maternal. Me lleva de la mano, me enciende un par de cigarrillos. No sé exactamente qué es lo que me carcome, que no haya podido venir, o que ésta noche tácitamente reservada para nosotros la utilice para satisfacer a su marido. Veo la imagen de un placer ajeno en su rostro, un placer que no puedo darle... Comprendo que toda conjetura es inútil, peor en la taza del baño, ya que a mis tripas le importa un pito que no haya comido en todo el día o que me sienta como un perro. Recojo el papel suficiente y hago que la cosa mejore, por lo menos para mí. Antes de salir tiro la colilla del cigarrillo en el tacho de basura. Voy a la habitación y me recuesto con la secreta esperanza de amanecer en llamas. Que no haya más sábados, ni más espera. Página 27