LETRINA
Número 8
Septiembre 2016
melatonina, pastillas de valeriana, el té de la serenidad, los saquitos
térmicos de termoterapia, los discos de mantras y el cepillo para
masajes. Sus ojos brillaron cuando saqué de mi cartera tres billetes de
500 para pagar. Con una gran sonrisa, me aseguró que iba a salir adelante.
Mi ejercicio ahora consiste en atrapar cuanto ruido escuche durante
la noche y dejar su testimonio en mis tres teléfonos, los cuales están
distribuidos en mi recámara. Desafortunadamente el único testimonio que
he podido escuchar hasta ahora es el de los mosquitos. Ahorré para
comprar un sonómetro con la esperanza de atrapar a la respiración y a
las vocecitas, pero aún no hay resultados.
Hoy fui a ver a mi amiga de la tienda naturista y me recomendó una
línea
de
productos
naturales
activados
y
programados
con reiki,
incluyendo la vibración energética de las flores de Bach, cuarzos y
cristaloterapia
para
potencializar
mis
capacidades
emocionales,
mentales, espirituales y energéticas. Esta vez le di dos billetes de 500
y no me sonrió, pero yo me fui feliz porque estaba convencida de que ya
no iban a molestarme. Así que llegué a mi casa, preparé un té y antes
de ver mi serie favorita, escuché los mensajes del teléfono. Era la
Respiración, más profunda y pesada que de costumbre, luego llegaron las
Vocecitas para decirme que por qué había dejado las clases de zumba,
incluso mi amiga de la tienda naturista habló, les comentó que si yo no
iba, ella podría ir en mi lugar, después se rieron y dijeron que yo era
un caso perdido. Rompe las cadenas de tu pensamiento y romperás las
cadenas de tu cuerpo, escuché clarito la voz del maestro de yoga. Colgué
el teléfono enfurecida. No puedo permitir que las Vocecitas hablen de
mí, que me controlen, que se burlen y se aparezcan cuando se les dé la
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