LETRINA LETRINA #6 Marzo - abril 2013 | Page 19

ahora que mis ojos se están abriendo finalmente a tu realidad lloro desesperada porque no te puedo cambiar. Sé que me amas y te amo, y que es por eso que aún me dejas estar aquí, en tu regazo, y me acoges con ternura, pero soy tu hija no deseada que a veces encuentra en tus enaguas espinas venenosas, porque por ratos me odias. Al caminar por tus calles, miradas de desprecio se posan sobre mí; me odias porque en tus brazos pude ser feliz, tus hijos repudian mi felicidad, me detestan porque me das a probar tus delicias, pero nunca me has alimentado con los tragos amargos del dolor. Perdónenme ustedes, hermanos, por haber nacido en esta cuna de abundancia mientras que ustedes se reparten una hogaza de pan. México, por favor recibe de mí el arte que te dedico y tómalo como una forma de devolverte toda la gracia que vertiste sobre mí. Tal vez no sea mucho de mi parte y nunca compense con ello tus carencias, pero tendré la esperanza de algún día a mi lado verte volar. 20