LETRINA LETRINA #3 Septiembre - octubre 2012 | Page 27
alumnos, emprendió campañas para ser apoyada para la reforma. Se hacían
por lo menos dos mítines por semana, apoyados por los ingresados y algunos
intelectuales.
A la mayoría de los estudiantes esto les daba igual, mientras ellos hubieran
entrado estaba bien. No se hizo esperar la fricción, entre los estudiantes no
aceptados y los pro-reforma comenzaron con insultos y declaraciones en sus
mantas: PÓNGANSE A ESTUDIAR, PINCHES FLOJOS.
Cuando agravó, se hizo una lucha entre estudiantes con piedras y bombas
molotov dejando un muerto y 25 heridos. Desde ese encuentro los intelectuales
eran cazados como animales: los buscaban solos mientras los otros, cual hienas,
se les dejaban venir. Ya eran 30 los estudiantes sorprendidos, golpeados y
acallados.
La mujer terminó siendo la única acompañada de cinco simpatizantes que
seguían esperando la aceptación de la reforma.
Generalmente un amigo de ella la llevaba a su casa en su moto, la dejaba
a medio día cada vez. En una ocasión les habían lanzado una botella, pero
afortunadamente, y por azares del destino, el semáforo tocó verde, y avanzaron
dejando la botella atrás.
La noticia llegó cruel: el motociclista que la acompañaba diariamente había
fallecido camino a las instalaciones, fue muerte instantánea. Cuando ella se
enteró, decidió ir al hospital al encuentro de la esposa de éste y su familia,
pero antes pasaría a su casa por algo de dinero para cualquier imprevisto.
Era medio día, no había comido aún, abrió la puerta de su casa, un silencio
inquietante, dijo ya llegué… toc toc en la puerta. Abrió la puerta y solo sintió
el golpe.
Una vez despierta veía nublado. Era tanto el dolor de su cuerpo que no podía
gritar o llorar. estaba amarrada y tirada en su casa. La tomaron del brazo.
Perra, necesitas dejar de hablar, ya no te conviene, y ya nos cansamos de tus
propuestitas, ¿escuchaste?
Claro que escuchó, pero lo único que dijo fue no. Se les hizo fácil, ellos no iban
a advertirle, la pregunta sólo fue para darle falsas esperanzas. Le arrancaron
la ropa, la golpearon y la violaron entre todos: dos, tres o cuatro falos, en su
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LETRINA SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2012