LETRINA LETRINA #12 Marzo - abril 2014 | Page 68

Mucho pathos en el anti sexismo lingüístico; embrollos, aportes y absurdos ITZI PAULINA MEDINA JIMÉNEZ 68 Ya hace un buen tiempo que el tema del sexismo lingüístico dio inicio a un acalorado debate entre los que apoyan la llamada visibilidad de la mujer y quienes tienen una postura, si no contraria, cuando menos a favor de renovar estructuras de pensamiento en vez de reglamentar los usos de ciertas formas del lenguaje que, queramos o no, emplean los hablantes por decisión propia. Este encuentro –o desencuentro, mejor dicho– de opiniones y actitudes, salta a la vista con mayor fuerza ahora con el anuncio de las reformas del DRAE para su edición del 2014, en la que, según lo que dice su director, se intenta eliminar varios elementos de tendencia machista, pero a los ojos del feminismo los cambios son insuficientes y representan sólo una falsa mejora que conserva un sesgo misógino; sería pues, un intento por “taparle el ojo al macho”, si se me permite la frase con todo y la ironía, ¿o debiera decir “dar atole con el dedo” para no herir la susceptibilidad de algún género? Francamente me aterra ofender a algún hombre por tacharlo de ‘macho’ pero también invisibilizar y humillar a alguna mujer con el primer refrán. Conviene, y no sólo por cosas de este tipo, observar algunos de los argumentos dentro del debate iniciado por Ignacio Bosque en “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer” y enriquecido por “Sin peros en la lengua” de Isaías Lafuente, “La escritura respetuosa” de Daniel Cassany y la recopilación de comentarios en torno al sexismo lingüístico “¿La lengua tiene género? ¿Y sexo?” de Wiston Manrique Sabogal. La base del texto que redacta Bosques está en las publicaciones de guías para el lenguaje no sexista, editadas por distintas universidades, sindicatos y otras instituciones en España. Bosques se enfoca en analizar los pros y contras de estas guías, desde el cuerpo que las elabora, hasta