LETRINA LETRINA #12 Marzo - abril 2014 | Page 24

CONSUMIDO POR EL COLOSO Días que abriga el calor del sol de media noche, más allá de la inexorable arcada aletargada del ser donde el escurrir del tiempo es inconsistente, donde se percibe la nota de Morfeo que colapsa sueños, que aún moribundos irradian esencia, impregnando a realidad al instante con decadencia y carencia afectiva, lastre emocional que da a luz al penetrante silencio, la simpleza de no proclamar palabra alguna, dado que no se encuentra la bocanada adecuada que ayude a articular palabra coherente, por suerte, existe piedra y cincel para plasmar con letra de molde, todo lo indecente. El silencio, tierra fértil para el que la sepa labrar o flagelante panorama para el poseedor de empobrecido lenguaje, como el mío, el improvisado poeta que encañona su pluma hacia la hoja inmaculada y en ella no apunta nada, ya que la tinta se coagula en la punta de la pluma, cortando de golpe el palpitar de inspiración, no se quebranta el silencio, sólo se logra despojar, de sí, todo sentido de pertenencia, atacado por los toscos sentimientos incautos, que al parecer sólo eran de ornato, callado se consume. Pero la influencia lunar ayuda a remendar versos, que con voz gutural de a poco se escapan como murmullos desaventurados que deslizándose con torpeza en el viento buscan embestir algún oído falto de armonía, oído esclavo del distraído, que ignora lo que en su entorno se ha suscitado, por estar mecanizado a ser indiferente, engañado por un momento, cree que la realidad no lo transgrede, que sólo desfila con su escaparate de dramas y ambrosias delante suyo, el inexistente espectador, que no es condicionado para vivir, suspirando desencanto y emanando desilusión sigue su marcha por el sueño. Al final el improvisado poeta, falto de elocuencia, expresa que la suerte depende del color de la tinta de la pluma que se tome… 24