La vida del Maestre de Santiago, don Rodrigo Manrique, se prolonga durante algo más de tiempo tras su muerte en 1476 gracias a su hijo, Jorge Manrique, que ha escrito unas coplas en su memoria.
No conocemos exactamente la fecha en la que Jorge escribió la obra, pero esto no nos impide indagar en sus profundidades y conocer algo más acerca de sus intenciones…
El hijo de nuestro querido Maestre redactó un conjunto de 40 coplas divididas en 3 partes en las que trata temas como la fama, el desprecio de bienes terrenales, la muerte y la fugacidad de la vida.
Su primera parte habla principalmente de la muerte. Se caracteriza por la reflexión y las metáforas que pueden ser aplicadas para la vida y la muerte. Manrique da a conocer su visión de que esta vida está para usarla como medio para la ascensión al cielo, y no para disfrutarla.
En segundo lugar se comentan casos de personas en las que han pasado por el camino de la muerte. Se muestra que todas las cosas de este mundo son, al final, perecederas, como la propia vida. A su vez, intenta ajustar cuentas con los enemigos del padre, empleándolos como ejemplos de lo que no se debe hacer.
Cruz de Santiago de Compostela.
Jorge Manrique, hijo de Rodrigo Manrique.
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