Y tu mundo interior es un paraíso supongo.
Lo era.
Tú los dejas hacer lo que quieran contigo.
No pude detenerlos, era mi castigo.
Los dejas hacer lo que quieran conmigo.
No lo logré.
Ahora, los demonios de tu oscuro espíritu me matan. Moriré.
¿Pude haberte ayudado?
Ya no son angustias. ¡Son dolor! ¿Sabes lo que es el dolor?
Amarte.
Siempre igual, siempre efímero y sin lugar, pero persistente y obstinado.
Lo siento.