Lenguas Indígenas en Riesgo. Kiliwas Cantos de Trinidad Ochurte. Primera edición, 2006 | Page 34
Tenemos historias muy interesantes, por ejemplo, sobre las trenzas. Las muje-
res (señoritas) ofrendaban sus trenzas al brujo encargado de aquí, entonces se
fueron haciendo trenzas muy grandes que andan por ahí todavía, creo que a
estas trenzas alguien les pidió un deseo y se le cumplió, son muy poderosas.
Recuerdo que mi paisana quería casarse con un tejano, un hombre güero, alto,
le ofrendó un listón rojo y le cumplió el deseo. Una vez encontraron las trenzas,
Ramón, Leandro, el "Chevo" y Felipe, en el Cerro del Cuatro, ésas las escondió
mi tío Braulio, que en paz descanse. Ellos cuentan que son muy poderosas y
no cualquiera se les puede acercar ni tocar, porque en el momento en que lo
haces te tumban para atrás. Eso fue lo que les pasó, incluso cuentan que uno se
les enguiló porque fue el que las encontró. Hace 15 años que no se ha vuelto
a saber jamás de ellas, por eso son historias muy viejas que las hemos seguido
conservando.
Otra de las cosas que tenemos en el camino que viene por acá, subiendo la
cuesta, más arriba, es una piedra que adoramos como a una virgen. Esa piedra
fue destruida por gente en esos tiempos, 27 porque no quieren que adoremos lo
de nosotros, lo que es la cultura de nosotros; ellos querían que adoráramos una
iglesia, sabemos que hay un Dios, lo respetamos mucho, pero no creemos en
alguien que viene con un sotanón grande y se nos pare enfrente; entonces, para
eso existimos los indios, para creer en nuestros usos y costumbres, como les
llamamos. Nosotros seguimos con esa piedra, le llevamos agua, comida, una
flor, sodas, velas, lo que podamos llevarle, incluso una temporada que no llovió,
doña Clara fue, se le presentó y esa misma tarde estaba lloviendo aquí.
Esas son historias que muchas veces no nos creen, pero es así como se fue
haciendo la historia kiliwa.
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Se está refiriendo a los misioneros.
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