Leemos el camino segundo A Los chicos leemos El camino versión 2 B con introd | Page 186
pájaros muy poco recomendables, tan hipócritas y malvados.
El Mochuelo insistió:
—No. Es un jilguero.
Encontraba un placer en la contradicción aquella mañana. Sabía que había una
fuerza en su oposición, aunque ésta fuese infundada. Y hallaba una satisfacción
morbosa 661 y oscura en llevar la contraria.
Roque, el Moñigo, se incorporó de un salto y dijo:
—Mirad; un tonto de agua
Señalaba a la derecha de la Poza 662 , tres metros más allá de donde desaguaba El
Chorro. En el pueblo llamaban tontos a las culebras de agua. Ignoraban el
motivo, pero ellos no husmeaban jamás en las razones que inspiraban el
vocabulario del valle. Lo aceptaban, simplemente, y sabían por eso que aquella
culebra que ganaba la orilla a coletazos espasmódicos era un tonto de agua. El
tonto llevaba un pececito atravesado en la boca. Los tres se pusieron en pie y
apilaron unas piedras.
Germán, el Tiñoso, advirtió:
—No dejarle subir. Los tontos en las cuestas se hacen un aro y ruedan más de
prisa que corre una liebre. Y atacan, además.
Roque, el Moñigo, y Daniel, el Mochuelo, miraron atemorizados al animal. Germán,
el Tiñoso, saltó de roca en roca para aproximarse con un pedrusco en la mano.
Fue una mala pisada o un resbalón en el légamo que recubría las piedras, o un
fallo de su pierna coja. El caso es que Germán, el Tiñoso, cayó aparatosamente
contra las rocas, recibió un golpe en la cabeza, y de allí se deslizó, como un fardo
sin vida, hasta la Poza.
661
662
Enfermiza
Sitio o lugar donde el río es más profundo.
186