Leemos el camino segundo A Los chicos leemos El camino versión 2 B con introd | Page 168

>Una cosa os puedo asegurar —continuó—. El camino del Señor no está en esconderse en la espesura al anochecer los jóvenes y las jóvenes. En realidad, tampoco está en la taberna, donde otros van a buscarlo los sábados y los domingos; ni siquiera está en cavar las patatas o afeitar los maizales durante los días festivos. Dios mismo, en realidad, creó el mundo en seis días y al séptimo descansó. Y era Dios. Y como Dios que era, en realidad, no estaba cansado. Y, sin embargo, descansó. Descansó para enseñarnos a los hombres que el domingo había que descansar". Don José, el cura, hablaba aquel día, sin duda, inspirado por la Virgen, y hablaba suavemente, sin estridencias 619 . Prosiguió diciendo cosas del camino de cada uno, y luego pasó a considerar la infelicidad que en ocasiones traía el apartarse del camino marcado por el Señor por ambición o sensualidad. Dijo cosas inextricables 620 y confusas para Daniel. Algo así como que un mendigo podía ser más feliz sin saber cada día si tendría algo que llevarse a la boca, que un rico en un suntuoso 621 palacio lleno de mármoles y criados. "Algunos —dijo— por ambición, pierden la parte de felicidad que dios les tenía asignada en un camino más sencillo. La felicidad — concluyó no está, en realidad, en lo más alto, en lo más grande, en lo más apetitoso, en lo más excelso 622 ; está en acomodar nuestros pasos al camino que el Señor nos ha señalado en la Tierra. Aunque sea humilde". Acabó don José y Daniel, el Mochuelo, persiguió con los ojos su menuda silueta hasta el altar. Quería llenarse los ojos de él, de su presencia carnal, pues estaba seguro que un día no lejano ocuparía una hornacina 623 en la parroquia. Pero no sería él mismo, entonces, sino una talla en madera o una figura en escayola detestablemente pintada. Casi le sorprendió el ruido del armonio, activado por Trino, el sacristán. La Guindilla estaba ante ellos, con la varita en la mano. Los "voces puras" carraspearon un momento. La Guindilla golpeó el armonio con la varita y Trino acometió los compases preliminares del "Pastora Divina". Luego sonaron las voces puras, acompasadas, meticulosamente controladas por la varita de la Guindilla: 619 Estridencias: Sonido estridente. Inextricables: Que no se puede desenredar, muy intrincado y confuso. 621 Suntuoso: Grande y costoso. 622 Excelso: Muy elevado, alto, eminente. 623 Hornacina: Hueco en forma de arco, que se suele dejar en el grueso de la pared maestra de las fábricas, para colocar en él una estatua o un jarrón, y a veces en los muros de los templos, para poner un altar. 620 168