Esto es lo que sigue, piensan.
Cómo no lo vi antes, piensan.
Está loca, piensan.
Los puntos inexpresivos ya tomaron lugar en toda la hoja
Pronto los bultos negros aislando y comprimiendo lo que queda de tu
capacidad de roer hasta el más duro hueso.
Porque esperas al argentino,
El viento que se mueve en contra de los rostros de los imbéciles no parece
afectarte,
El trópico de Cáncer retorna en tu figura y llora en tu vientre
cobardemente,
Debe ser por el calor.
Te gusta pensar que no pierdes el tiempo siguiendo estas letras nimias.
La lectura sin pausas no te convence
El helado sin prisas no te convence
La tarde sin el argentino no te convence.
Ellos propusieron la manera idílica de averiguar tu incesante atavío. De
mañanas tardes y noches.
Más puntos suspensivos…
Opción a)
Amonesta tu capacidad de fragilidad consecuente de tu propio cagadero.