Lascivia No 63 Enero 2020 Lascivia 63 Enero 2020 | Page 86

– ¿Qué? – se paró derecha para escucharme. – Que eres muuy PRO-VO-CA-TI-VA, y no todos los hombres se por- tan decentes. Justo lo que yo sospechaba, en esa fiesta estabas causando infartos. – Ay tan exagerado, profe… – A eso exactamente me refiero! Lo que para ti es normal, para otros puede ser muy provocativo. ¿Sabes lo sensual que eres? No en serio… esa falda que llevabas era muy cortita, y si a cualquier hombre normal eso le EN-CAN-TA, imagínate a un degenerado. Tienes que cuidarte, precisamente porque eres un RE-BIZ-CO-CHO-TE. – Ay profe – sonrió y miró a otra parte – no es para tanto, pero gracias… – Ya sabes, sobre todo cuando haya mucha gente, mide cuánto vas a provocar. Nada más así en uniforme, Laura, a veces estás sentadita mos- trando todas las piernas hasta arriba y uno se EM-BO-BA. Dicho esto, ella tuvo la reacción que yo buscaba. Se contoneó como niña consentida. Yo tenía puestas todas mis energías en provocarle reaccio- nes físicas, que lubricara un poco ¿por qué no? Y lo estaba consiguiendo. – La mayoría de las veces uno le dice a una niña – continúe yo, mien- tras ella seguía meciéndose – que se trate de sentarse bien, pero otra ve- ces uno lo piensa dos veces. – ¿Por qué? – me preguntó con un hilito de voz, aún sonriendo. – Porque uno no sabe cómo lo van a tomar. De pronto van y creen que uno se la pasa mirándolas. – Tú, profe, me puedes decir que se me está viendo todo, y yo me sien- to bien sin problema. Yo jamás pensaría mal de ti. Volví a cambiar el tono de mi voz para seguir. Era tan profesional que