Lascivia No 63 Enero 2020 Lascivia 63 Enero 2020 | Page 66

Así se conquista una de trece frutos sexuales inasibles, bombas de feromonas, musas de fantasías Capítulo I – presentación de un consagrado culia- dor de colegialas Los que hayan leído cuentos míos sabrán que las colegialas me arre- chan como ninguna otra cosa. Esto que les contaré me ocurrió en un colegio inmenso, de unos 2000 estudiantes. No era un colegio de ricos, como para tener historias color de rosa. De hecho, en los colegios de ñeritas siempre es más rico trabajar por- que las chicas son mucho más abiertas – de mente, y si las trabajas un poco, también de piernas -. Yo me la pasaba prendido por la convergencia de varias razones, como la liberación en que vivían esas niñas, sus faldas cortas y los pantime- dias gris claro en los que consistía el uniforme. A ver, hay quienes nunca volvieron a pisar un colegio después de su propia vida de colegial, y fantasean con las colegialas como si fueran un manjar prohibido. Hay quienes logran dejar atrás la tentación por las polleritas solo por- que nunca las volvieron a ver de cerca. Hay quienes trabajan en colegios y les da igual (aunque son muy po- cos) y hay quienes trabaja(ro)n en colegios, como su servidor; y viven ardiendo en deseos por las colegialas, por sus carnes rebosantes de co- lágeno que las convierte en frutos sexuales inasibles, bombas de fero- monas, musas de fantasías, máquinas eróticas… seres con tal poder de atracción que literalmente embrutecen a un hombre.