Lascivia No 63 Enero 2020 Lascivia 63 Enero 2020 | Page 124

intenciones, Dexter y Arrested Development. Donde el incesto se muestra sin tapujos es en el porno: este subgénero es uno de los que más ha crecido y de los más vistos. Aunque la indus- tria sortea el aspecto de la legalidad con títulos como “Follándome a mi hermanastro” o “La traviesa de mi hijastra recibe su castigo”, es inevita- ble pensar que quien ve estos vídeos lo hace por el tabú moral en torno al fenómeno. Cierto es que la pornografía no es precisamente un refle- jo de las conductas del mundo real, pero sí es un buen método de tomar el pulso a los deseos sexuales y las fantasías del ser humano. Y si Freud estuviera vivo, seguramente haría un estudio de campo a partir de las estadísticas de Pornhub y similares. Dicho eso, las relaciones incestuosas pueden tener terribles conse- cuencias y causar mucho daño. Por eso es muy improbable que alguna vez se acepte como “normal” o se convierta en una dinámica con la que nos sintamos cómodos. El juicio de la sociedad agrava la visión de que la relación de Grace es aberrante, pero eso no cambia lo que ella siente por su hermano/novio. La pareja evita a amigos y desconocidos porque temen que se enteren y los expulsen. Es el precio que han de pagar por su transgresión. Un profesor de Psicología de Oxford, que pidió que guardáramos su anonimato, señaló que “el problema con nuestras actitudes prohibitivas y morales hacia toda sexualidad que consideramos despreciable o in- moral es que nos impide abordarla de forma objetiva. En lugar de acep- tar que existe e intentar estudiarla y entenderla mejor, tratamos a estas personas como parias y las echamos con horcas metafóricas y literales, como en la Edad Media. Hay gente que se acuesta con sus parientes, y a veces la relación tiene muchos más matices de lo que estamos dispues- tos a aceptar”. Por Chloe Combi