Lascivia No 63 Enero 2020 Lascivia 63 Enero 2020 | Page 114

relaciones incestuosas Hablamos con hermanos que la practican En 2015 publiqué un libro titulado Generation Z: Their Voices, Their Lives. El libro fue el producto de miles de entrevistas a chicos de la Generación Z de todo el Reino Unido, y estoy contenta con los temas que se trata- ron: racismo, sexo, delincuencia, problemas de género y sexualidad, la muerte, las discapacidades y la desigualdad, entre otras cosas. Hubo historias que se quedaron fuera por falta de espacio, porque se repetían o por motivos jurídicos. Conocí a Grace al inicio de mi investigación. Estaba dispuesta a hablar de su problemas alimentarios y de salud mental, de sus padres —esa cla- se de personas a las que no se debería permitir educar a un hijo— y de la ineficacia y negligencia de sus tutores. Las secuelas que esa infancia dejaron en la joven, que por entonces tenía 17 años, fueron profundas: ansiedad aguda, TOC, una mezcla de anorexia, bulimia y compulsión por darse atracones que provocó que tuviera que ser hospitalizada tres veces, varios intentos de suicidio en sus primeros años de adolescencia y cierta tendencia a aceptar cualquier bebida, droga o encuentro sexual que le ofrecieran. El punto de luz y transformación en la vida de Grace parecía propor- cionarlo su novio, Adam, un joven tranquilo y estable. Por lo que expli- ca Grace, Adam la “arregló”. No había duda de que lo quería mucho. No pensé mucho más en ellos hasta unos meses después. En mitad del proceso de entrevistas, Grace me confesó que, además de ser su novio, Adam era su hermano. Carnal. No su hermanastro o su medio hermano. Como llevaba cuatro años entrevistando a jóvenes con todo tipo de his- torias, había logrado perfeccionar mi cara de póquer, pero ante alguien que compartía abiertamente algo tan tabú como aquello, era difícil no