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LAS VOCES DEL 11- LA REVISTA DEL NORMAL NÚMERO I- SEPTIEMBRE DE 2017
Identidad, cultura y subjetividades Miradas sobre una cuestión compleja
¿ Quiénes somos los argentinos?
Ésta es una pregunta inevitable en la producción intelectual y cultural de la Argentina. A partir de ella, se establece una relación permanente entre el presente y el pasado que ha ido encontrando diferentes respuestas a lo largo de nuestra historia.
Desde la Generación del 37 a los variados ensayos de los años de la crisis de 2001, mucho se ha dicho en las páginas de la literatura argentina en relación a este eje conflictivo.
Existe una primera aproximación que define a la identidad de manera cerrada. De ese modo, afirma una característica como definitiva y desde allí se construye una tradición. Por ejemplo, la idea de una Argentina blanca, europea y republicana asociada a un ideal de civilización alejado de toda muestra desordenada, bárbara, irracional. El pasado se declara fijo para siempre y no entra en diálogo con lo actual ni es transformable. De esta visión derivan las confusiones entre la tradición( abierta y sujeta a cambios) y el tradicionalismo( repetición ritual sin significado); entre el legado( uso creativo de los patrimonios de generaciones anteriores) y el conservacionismo( culto de los patrimonios materiales).
Una segunda alternativa se relaciona con la idea de la identidad concreta en el presente. Hace un par de décadas, como reacción a la cerrada perspectiva anterior, se fue avanzando poco a poco en conceptualizaciones que hacían hincapié en la idea de la pluralidad de experiencias y subjetividades y también en las múltiples identidades que habitan en un mismo sujeto. Así, desde esta mirada, la identidad se define por la mutación y no por la permanencia. El hombre, entonces, se concreta más por sus actos de consumo que por sus vínculos sociales. De ahí que se hable del hombre light y el individualismo posesivo. Aparece un hombre sin pasado; se impone el presente como continuo. No se pregunta por el pasado, porque es problemático, ni por el futuro, porque le resulta dudoso.