María Jesús Aragoneses
Epílogo 3
Aunque no se trata de más de siete moradas, en cada una de éstas hay muchas: en lo bajo y alto y a los lados, con
lindos jardines y fuentes y laberintos y cosas tan deleitosas, que desearéis deshaceros en alabanzas.
Tu amado, mi amado
Tus ansias de júbilo, mi
búsqueda del gozo
Tus pensamientos místicos, mis
ideales continuos
Mas allá de los placeres
efímeros…
Mas allá de los sueños y los
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deseos nunca cumplidos
continuará la búsqueda de una
morada
en la que descansar.
Son éstas mis siete moradas.
Siete peldaños de escalera
para subir o para bajar
hacia los mundos interiores.
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Allí donde habitan los recuerdos,
para buscar la esencia y el orden
que se escapa a cada recoveco
como pez entre las manos
En cada uno de ellos
está la vida (mi vida).
A Antonio Guerrero Serón,
in memoriam
Técnica mixta sobre papel natural
enrollado, desplegado en vertical y
colgado de la pared
83 x 400 cm