Las Moradas. Alba de Tormes Octubre 2015 | Page 4

Pilar V. de Foronda Moradas Primeras Capítulo 1_1 Es considerar nuestra alma como un castillo todo de un diamante o muy claro cristal, adonde hay muchos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas. Pensar en una espiral toda de cristal donde nada quedara oculto. Y que desde un mismo lugar se vieran todos los lugares. Los del otro extremo. Los cercanos. Los interiores. Todas nuestras moradas claras, diáfanas, armónicas, sublimes. 4 Utópicas. Todas de cristal. Así es como se conjuga el espíritu de Teresa de Ávila en el mío. Quiero contar con ella e impido que me sea secuestrada. Me la apropio y me recreo en su frase: cada momento tiene su afán. 1 En ella me cobijo. Cada morada tiene su emoción, su sentimiento. Es tan cercana a mí. A todos mis aposentos, a todas las moradas utópicas que quisiera poder crear. Como la espiral sin fin por la que se podría subir hasta el cielo. Instalación 100 x 100 x 100 cm