Curioso también sobre el judaísmo y la fe judía, Bernd se acercó a la pequeña comunidad judía
ortodoxa en su ciudad natal. Se hizo amigo de un superviviente del Holocausto que comenzó a
enseñarle judaísmo. Cada vez más rechazado por su propia familia, estos judíos, la mayoría
ancianos, se convirtieron en su nueva familia.
Un día leyó sobre una conferencia de paz que se celebraba en una ciudad alemana cercana para
jóvenes judíos y árabes de Israel, organizado por Nevé Shalom. Decidió asistir y desde ese momento
su vida nunca volvió a ser la misma.
Ahora quería visitar Israel. En 1978
llegó con un billete de ida. En una
visita al Kotel sintió un despertar
espiritual que nunca había conocido
antes.
Un
judío
ortodoxo,
observándolo en su ensueño, se
acercó y le animó a buscar y
reclamar su neshamá, su alma
piadosa.
Bernd
regresó
a
Alemania,
completó sus estudios en medicina,
se convirtió al judaísmo e hizo aliá. Estos actos cortaron cualquier vínculo que quedaba con su padre
y su familia. En Israel, Bernd se
El Grupo WIZO Bnoth Zion de Ciudad El Cabo
enroló en el Ejército de Defensa de
con el Dr Bernd Wollschlaeger
Israel como oficial médico,
sirviendo durante dos años en Cisjordania durante la primera Intifada. Se casó y tuvo un hijo. La
Primera Guerra del Golfo asustó a su esposa norteamericana. Y así, con el corazón encogido,
accedió por ella a mudarse a Florida. Se divorciaron tres años después. Bernd se ha vuelto a casar y
tiene otros dos niños judíos. Hoy ejerce la medicina general en Miami, Florida, habiendo sido
galardonado como Médico General del año 2012 por la Academia de Medicina General de Florida.
La valentía de Bernd para hacer frente a la verdad y la transformación que experimentó con el fin de
crear una nueva vida a pesar del pasado de su familia asombra e inspira. Su historia personal, la de
un joven con coraje y convicción que buscó cambiar los valores y la ideología que sentía estaban
equivocados, asombra y conmueve. Tamar Lazarus, Presidenta de WIZO Sudáfrica, quien
acompañó a Bernd Wollschlaeger en su gira de conferencias, habló sobre el poderoso mensaje que
transmitió. "No odies. El lenguaje del odio es muy poderoso, de las palabras pueden brotar las
acciones. Las acciones impugnadas pueden convertirse en hábitos. Los hábitos tolerados pueden
influir en la formación del carácter y pueden convertirse en normas. Como sociedad, no
aprendemos. Es más fácil odiar que adoptar una postura correctiva. No debemos volver a vivir los
errores del pasado, sino más bien utilizar el pasado como guía para mejorar nuestro futuro. Todos
nosotros tenemos elecciones que hacer y el cambio siempre es posible, a pesar de todo”.
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