El último año de la escuela secundaria, tenía decidido estudiar Medicina o alguna carrera
relacionada. Pero tomó la decisión de seguir a Jesús y cambió radicalmente su proyecto.
Le gustaba ver como vivían los religiosos de este colegio. Él venía al Grupo de Jóvenes,
había hecho Camino y le llamaba mucho la atención cómo vivían el Padre Alexander,
Julián, y el Hno. Héctor. Empezó a tener trato con ellos, lo invitaban a tomar mate o a ver
una película.Incluso algunos sábados lo invitaban a almorzar. Iván se cautivó de su forma
de transmitir a Cristo y de ver a Jesús.
La familia del Hermano Iván no influyó en la decisión que había tomado, si bien siempre
fue una familia religiosa, no habían contemplado que su hijo fuera a dedicar su vida a la fe
cristiana. Pero cuando decidió servir a Dios, su familia lo apoyó. Aunque a su papá,
inicialmente, no le gustaba mucho la idea: soñaba con que su único hijo fuera médico, su
mamá lo pudo entender y se alegró de corazón de la decisión tomada. Con el tiempo,
todos lo apoyaron: tanto sus padres como sus amigos (aunque algunos seguían insistiendo
en que debía estudiar Medicina).
Comenta que lo que más le gusta de servir a Dios es el hecho de sentirse útil.
Recuerda que la Madre Teresa de Calcuta dijo una vez: “hay que sentirse un lápiz en las
manos de Dios porque él escribe con nosotros lo que quiere para cada uno”, y así es como
él se siente: que Dios lo está “usando” como intermediario con cada uno de nosotros.
Una de las cosas que al Hermano le encanta es el trabajo con los
jóvenes ya que cree que en ellos está el verdadero Jesús de Nazaret y
el verdadero camino. Es la manera que su corazón encontró para
sentirse feliz.
Para ser sacerdote le falta aproximadamente un año y medio o dos.
Antes de volver a su ciudad natal, estuvo en Buenos Aires, donde
estudió Filosofía. Luego lo enviaron a Medellín (Colombia) y ahí hizo
el año de noviciado y luego lo mandaron a una ciudad junto a esta,
llamada Chía.
El momento que lo marco más en la vida de Jesús fue el encuentro de
este con Zaqueo. Iván se ve en Zaqueo, que era un hombre de baja
estatura, y ve su deseo de crecer en muchas cosas y cosas que
quisiera mejorar y “como Zaqueo, me subo al árbol de mi vida para
ver pasar a Jesús, y Jesús me ve, me llama por mi nombre y me invita
a quedarse conmigo” dijo el Hermano.
A Iván lo inspira San José Manyanet, ya que es el santo al que más
le gustaría parecerse porque es su padre espiritual y es el que
pensó, con amor, lo que un hijo de la Sagrada Familia debe hacer.
Y en segundo lugar, el santo cura Brochero, es el santo argentino
que le llena el corazón y lo inspira a trabajar por los demás.
IVÁN CON PARTE DEL EQUIPO DE PASTORAL DE
ESTE DIARIO: (DE IZQ. A DER.) CATA FONTE,
CATA RIVADA, BERNI CORTÉS, INÉS DIESSE
LA VOZ DEL CJA | 10