Conceptos Generales de la Tecnología
1.4.1.4. Capacidades del ingeniero
En el apartado anterior hemos abordado aquellos conocimientos que el ingeniero aprende,
por regla general, durante su formación académica; aunque también los desarrolla durante su vida
profesional. Ahora vamos a considerar aquellas capacidades o habilidades que no se aprenden
en la universidad sino que es necesario cultivar poco a poco.
La primera de estas capacidades ya apareció al hablar de la aplicación de los
conocimientos científico-técnicos. Por la parte de los conocimientos dijimos que era necesario
un dominio considerable de las materias para poder aplicarlas a la resolución de problemas, en
general nuevos, que se puedan plantear. Desde la perspectiva de las capacidades, tenemos que
hablar de destreza, agilidad, o soltura en el manejo de dichos conocimientos. En el momento en
que al ingeniero se le plantea un problema que resolver, éste debe ser ágil a la hora de encontrar
rápidamente varias soluciones diferentes entre las que poder elegir la mejor
Otra habilidad a desarrollar por el ingeniero es la creatividad para desarrollar, a partir de
sus equipos y herramientas, nuevos bienes y servicios. Ingeniero viene de ingenio. El ingeniero
no es un mero observador o estudioso de sus materias como podríamos considerar a un
historiador, a un biólogo, etc. El ingeniero debe ser una persona creativa, capaz de desarrollar a
partir de sus conocimientos nuevos elementos atendiendo además a condiciones de coste, calidad,
funcionalidad, etc. En este punto, no debemos considerar el trabajo del ingeniero como más
difícil, ni más importante que otros; simplemente hemos de considerarlo diferente. Frente a lo
metódico de los científicos, que es necesario para su trabajo, el ingeniero debe ser innovador,
creativo; y esta creatividad es necesaria para ejercer su trabajo.
El ingeniero también debe tener capacidad de juicio a la hora de evaluar las consecuencias
de sus decisiones. A raíz de las posibles soluciones para un mismo problema, el ingeniero debe
tomar decisiones de tipo técnico, económico y humano, comprendiendo, y evaluando las
consecuencias de cada solución, y prediciendo en cualquier caso cuál sería la más favorable.
También el ingeniero, así como cualquier otro profesional, debe ser capaz de infundir
confianza técnica, económica y humana sobre los trabajos que realiza. De este modo, el público
confiará en que los productos o desarrollos realizados son los adecuados.
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