la segunda guerra mundial | Page 8

Una serie de contraataques aliados —incluyendo la batalla de Arrás— no lograron frenar a la vanguardia alemana, que alcanzó la costa el 20 de mayo, separando cerca de Armentières a la BEF, al Primer Ejército francés y al Ejército belga de la mayoría de las tropas francesas, situadas al sur de las unidades alemanas que habían llegado al mar. Una vez en el Canal, las fuerzas alemanas recorrieron toda la costa norte, amenazando con apropiarse de los puertos y acorralar a las fuerzas británicas y francesas antes de que pudieran ser evacuadas a Inglaterra.

En una de las decisiones más debatidas de la guerra, los alemanes interrumpieron su avance sobre Dunkerque. Pese a la creencia popular, lo que se conoció como la «Orden de Alto» no fue idea de Adolf Hitler. Los Generalobersten (coroneles generales) Gerd von Rundstedt y Günther von Kluge sugirieron que las fuerzas alemanas que cercaban Dunkerque detuvieran su avance por el puerto y consolidaran sus posiciones para evitar la fuga de Aliados. Hitler aprobó la orden el 24 con el apoyo del alto mando de la Wehrmacht (Oberkommando der Wehrmacht, OKW). El ejército fue contenido por tres días, lo que dio a los Aliados tiempo suficiente para organizar la Operación Dinamo (la evacuación de Dunkerque) y construir una línea de defensa alrededor de la población sitiada. A pesar de la sombría situación de los Aliados, que llevó a algunos en el Reino Unido a sopesar la conveniencia de la capitulación, al final más de 330 000 soldados aliados fueron rescatados del cerco.