Recuerdo que tenía un corazón
Alérgico a los pólenes
La muerte no existía
éramos asquerosamente jóvenes.
Veranos sin deberes
Y el vaho del otoño en las ventanas
Siempre hubo dos mujeres
La casta de mi pueblo y la Susana.
Y cuando eché a rodar
Con mi guitarra cantos de sirena
Imaginaba un mar
Donde mueren el Tajo, el Rhin, el Sena
Zarpó el vapor al fin
Huyendo de la siembra y de las siega
Se parecía a mi
El polizón oculto en la bodega.
Ay, ay, ay, ay
En el salón la orquesta está tocando un fox
Una canción que con neblina resbala
hasta la sentina del vapor
Hasta que se inundó de sal
El diapasón del violonchelo
La Orquesta del Titanic no dejó de tocar
El fox de los ahogados sin consuelo.