La permanente mengua TEASER | Page 16

16 Juan Carlos Sánchez Vázquez
la bajada . Las rapaces , por su parte , se lanzaron en barrena al llegarles el olor de la sangre del malogrado . Al terminar su descenso el Verspolês , aquellos ya casi habían dado buena cuenta de su excompañero , tal era el acometimiento de los djîngos . Sin embargo , las piernas de Satrôstuk no quisieron darles nueva opción , corrieron hasta no parar en al menos tres millares .
Ya los Soles daban luz sin ganas en la pradera inmediata al poblado de Versipôl . Satrôstuk no iba ni mucho menos cansado , dada su efectiva preparación en la Escuela de Lucha . Llegó dispuesto a no perder ni un solo instante , mas , en el momento en que iba a dirigir sus pasos hacia la Gran Biblioteca , se cruzó ante su frente la imagen del Jefe Bîdas . Dudó por gran momento : ¿ Tomaría las palabras de la Madre e iría sin demora a consultar a Los Lechuza , o se decantaría antes que nada por pedir el permiso preceptivo al Jefe Inênga , con sus palabras completas y con la intención de hacerles saber a él y a su mujer el deseo de intentar la salvación ?
Un toque cercano lo animaría , de modo que se dirigió a la casa del Jefe , el Jefe Bîdas , lugar exacto donde , al llamar a su puerta , sintió Satrôstuk por vez primera en su vida un tremendo retemblor bajo sus pies . Ello lo sobresaltó , pero de ello lo sacó el salto que dio al abrirse la puerta , la puerta a la que había llamado .
Era Bîdas Jefe de Poblado desde hacía bastantes períodos por el gran afecto que todos le otorgaban ; mas , como buen anciano , era punto reticente , tal vez cauto , a la hora de presentarse alguien con la intención de salvar a todos de La Permanente Mengua .
« Son muchos a los que hemos perdido ya », decía Bîdas , con la gris cabeza entre las manos , a su mujer , cada vez que se daba el caso que en poco le plantearía Satrôstuk . « Pero no puedo negarles a nuestras gentes una oportunidad para su triunfo …