La permanente mengua TEASER | Page 14

14 Juan Carlos Sánchez Vázquez
— ¡ Y ahora dirígete a la Gran Biblioteca de Versipôl y enciérrate en ella hasta que encuentres lo que tu Abuelo y los demás dejaron allí ! — Pero … no sé … ¿ Qué he de hacer en …, si ya …? Justo en el momento de mostrar esta expresión de su inseguridad , recordó el guerrero : « ten confianza ante Mampâla , si la visitas alguna vez ». Fue tarde , era demasiado tarde , pues las palabras ya estaban dichas , y ya los gestos de ofuscación de la malhumorada montaña se dirigían hacia Satrôstuk en forma de pequeñas rocas y finas saetas de piedra .
Como había recibido el consejo , Satrôstuk decidió volver por donde había llegado , o por donde fuera , porque cuando está en juego la piel de uno , ni los aguerridos guerreros paran mientes en el decoro de su actuación . Así que corrió el chaval como pudo y por donde lo dejaron las matas , sin esperar a que el enfado de Mampâla amainara , pues los terribles silbidos surcaban amenazantes a su alrededor .
Jadeante salió de la fría espesura al lugar en que hubiera estado sentado , por cosas de la casualidad . Sus trazas todas estaban rotas , desgarradas ; el peinado brillaba por su ausencia ; la lengua afuera y adentro , afuera y adentro por retomar el resuello . Más tarde de lo que habría querido se colocó bien el morral de piel de ciervo donde portaba víveres y vituallas y , sin demora , comenzó a bajar con el dibujo de la imponente puerta de la biblioteca en su mente .
La bajada le era cómoda , le daba ocasión de pensar en algo que hubieran dejado allí los guerreros malogrados , algo que él no hubiera estudiado o en lo que no hubiera reparado entre los innumerables anaqueles . Tanto los apuntes de los Tullîks como las maldiciones que Yôgo , el Brujo de Vin , dejó caer sobre Versipôl habían sido leídos y releídos por Satrôstuk un sinfín de veces a lo largo de su cruda preparación . Ni él ni los