La permanente mengua TEASER | Page 12

12 Juan Carlos Sánchez Vázquez
«¡ Qué variado es el mundo bajo nuestros Soles !», pensaba el escalador ante una seta que cruzaba a la carrera .
Entre preguntas y sorpresas culminó el trayecto . Se sentó a descansar y acabar de reunir el único tributo que la montaña requería del caminante : el sudor de la subida . Sin él la Madre de tierra no concedía al que la visitaba su derecho a pedir consejos , esta fue la causa de que Satrôstuk tuviera tanto cuidado al reunirlo y pidiera tantas veces a su amuleto que protegiera el ánfora de sudor de cualquier accidente azaroso .
No queriendo dejar pasar el tiempo , se levantó presto y miró en derredor para buscar la entrada que su aventurero abuelo Êstron le había descrito . Dio unos pasos internándose entre matorral rosado y grisáceo . Cuando había penetrado unas diez zhîntas , sintió que el ambiente se enfriaba sobremanera , pero ignoraba si era por la mayor espesura del ramaje en aquella parte de la montaña o era que su cuerpo empezaba a ser víctima de algún escalofrío . La luz de los Soles tenía poco espacio para entrar y el lugar se hallaba en una sombra que solo una fuerte humedad y una vegetación tupida podían dar . En tal situación , Satrôstuk sintió una presencia y cierto miedo se aproximó a su mente . De pronto , vio entre dos retorcidas ramas un enorme rostro que le indicaba que se acercase . La fantástica faz estaba embutida en una especie de cueva que la hacía más impresionante : era la cara de Mampâla . Instaba al muchacho , en tono muy quedo , a que se situara ante ella . El joven recobró el ánimo con que había iniciado la ascensión , luego recordó que el viejo Êstron le había aconsejado confianza ante Mampâla . — Ya sé a lo que vienes , joven Arkênida — dijo la montaña . — Sé que lo sabes , Madre , porque lo sabes todo — respondió Satrôstuk con rapidez y seguridad , como aprendido antes de nacer , a lo que añadió —: y porque me lo dijo Êstron , mi vi Abuelo .