La pequeña Analía García La pequeña Analía García. Lucia Bonaldi, Bautista | Page 2
cuadras de llegar a mi casa. La cuestión
es que ese chicle era un súper chicle con
extra gomosidad y nunca me lo pude
despegar. Después de horas y días mis
padres me llevaron a comer mis comidas
favoritas. Pasaron semanas y meses, y
yo empecé a crecer. Lamentablemente
terminé la primaria en la calle, ya que no
podía moverme de esa esquina. Pude
lograrlo gracias a mis maestras, tan
buenas ellas, que me ayudaban a
estudiar. De todo corazón porque lo
hacían después que ellas salían de la
escuela y hasta en los fines de semana.
Así fue que seguí creciendo y creciendo.
Yo, sin presumir ni creerme la mejor,
debo admitir que era super linda de
chiquita. Y me acuerdo que mis