La Oropéndola, la revista de divulgación de aves de Costa Rica Vol. 1 núm 1. Junio 2015
Y esto significó la creación de 671.000 puestos de trabajo. Ahora bien, también se estima que 18 millones de observadores estadounidenses dejaron las fronteras del país en busca de aves, desplazamiento que generó $12 billones a
la economía. Costa Rica es un país con una gran biodiversidad, con 910 especies de aves registradas, además tenemos liderazgo mundial en materia del ecoturismo, contamos con una plataforma turística muy desarrollada, guías
altamente calificados y en general los ticos somos ¡Pura Vida! Creo que estas características me hacen pensar que el
nicho que escogí es el adecuado. Ahora solo queda ser mejor cada día y esforzarme.
Ahora bien, ¿cómo ser un buen guía de observación de
aves?
La respuesta no es sencilla y no soy el poseedor de la verdad
absoluta, pero estas son mis impresiones:
1- Poder levantarse temprano, si uno no disfruta de las
madrugadas y la ocasional falta de horas de sueño, no está
hecho para esto de la pajareada. Confieso que en algunas ocasiones he rezado para que amanezca con aguaceros torrenciales, pero para ser honesto la mayoría del tiempo me despierto
antes de que suene el despertador por la ansiedad de salir a
pajarear.
2- Entusiasmo, principalmente y como ya lo mencioné antes,
se debe disfrutar lo que se hace, contagiar a los clientes de esa
emoción que genera ver un buen pájaro, hacerles ver y sentir
que aquella ave que se encuentra frente a sus ojos no es simplemente otro número más, sino una creatura que cumple un
roll dentro del ecosistema y que por tanto vale y cuenta tanto
como el ave más exótica del mundo. Más de una vez se me ha
salido un gritillo de la victoria, una lágrima o un despliegue de
euforia en forma de baile o brincos.
3- Dedicación, muchas horas de lectura, de búsqueda de
información, aprendiendo los cantos y características de campo de cada especie, investigar en dónde se puede encontrar
esta o aquella especie, cuáles son los hábitos de una especie
en particular. Aprender cada día más acerca de las aves y de
su interacción en el ecosistema. Nunca se deja de aprender y
la naturaleza siempre tiene muchas formas interesantes de
enseñarnos.
4- Buena bibliografía, es fundamental contar con las guías
de aves del país, Skutch & Stiles y Garrigues. Una guía de campo es indispensable, ¡entre más hecha leña mejor!, ojalá con
un par de aguaceros encima y algunas caídas en el barro o
charco. También en la medida de lo posible tener acceso a
publicaciones, artículos, revistas y libros sobre aves y no solamente limitarnos a las especies del país o los trópicos, recordemos que nuestros clientes vienen de todas latitudes y siempre habrá espacio para que nos cuentes sus anécdotas, sus
avistamientos y sus especies favoritas, preferiblemente saber
de cuál ave es que le están hablando a uno. También la bibliografía debe repasar el medio ambiente en general, vida silvestre, plantas, entre otros. Recordemos que las aves son parte
fundamental del ecosistema por lo tanto entre más lo conozcamos pues es mejor. El aspecto cultural también es importante, cuál es la percepción de la gente acerca de las aves, mitos,
leyendas, nada sobra.
5- Equipo adecuado, un buen guía debe contar con buenos
binoculares, telescopio (preferiblemente), cantos de aves para
ayudar a la identificación en el campo, puntero laser (ya sé
que los dos últimos son polémicos, pero no dejan de ser necesarios), foco, cámara fotográfica y cualquier otro aparato que
lo haga verse como que va para la guerra, pero que a la vez de
impresión de que se sabe lo que se está haciendo. Las aplicaciones para observación de aves disponibles para teléfonos
inteligentes resultan muy útiles en el campo. En esto creo que
entran también el calzado y la vestimenta si lo que queremos
es dejar una buena impresión.
6- Orden y disciplina, creo que es importante llevar registros
de avistamientos, una lista de vida de las aves observadas, y
en algunos casos como el mío, listas anuales. Esto ayuda a
mantenerse fresco y dominar más los nombres (ya sean en
inglés, chino, pachuco o científico, cada quién decide cómo
aprendérselos) y a ponerse metas, en mi caso 2015 es el segundo año en el que llevo lista anual - 609 especies en el 2014
- y es verdaderamente satisfactorio cada vez que se logra
agregar una a la lista. Dependiendo de los clientes (en la mayoría) tener la capacidad de recordar lo que se logró observar
durante el día es de vital importancia, o en su defecto llevar
notas, ya sea en una libreta de campo, en el teléfono o reportando en E-bird.
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