La Oropéndola, la revista de divulgación de aves de Costa Rica Vol. 1 núm 1. Junio 2015
CÓMO SER UN BUEN GUÍA
DE “BIRDWATCHING”
TEXTO Y FOTOGRAFIAS POR DIEGO QUESADA MORALES
Suena el despertador
,
un día más inicia y es hora de prepararse para salir al
campo, ojalá no llueva y que no haga mucho viento. Creo
que es lo primero que pasa por la mente de un guía de
observación de aves mientras se prepara para un día
más en búsqueda de esas maravillosas criaturas, capaces
de volar y en algunos casos con voces que deleitan hasta
el más exigente de los oídos.
Salir antes de que raye el sol esperando poder encontrar
la mayor cantidad de especies, lograr aquella especie en
la lista de los deseados del día y… ¿por qué no? Toparme con un registro nuevo o sumamente raro. Creo que eso
también ha de pasar por los pensamientos de la mayoría
de guías especializados en la observación de aves.
Soy relativamente nuevo en la materia y no ha sido sino
hasta los últimos 4 años que decidí especializarme en
este nicho del turismo, desde mi criterio uno de los más
gratificantes, pero que a la vez demanda de una gran
disciplina, si se desea estar en la lista de los mejores observadores de Costa Rica, que de paso son muchos. Observar aves es sin duda una de mis pasiones y pasatiempos favoritos, en realidad me siento privilegiado, pues no
hay mejor trabajo que el que se disfruta al 100%. En mi
caso además de disfrutarlo, me pagan por hacerlo.
La observación de aves es una actividad con gran impacto en la economía y la conservación a nivel mundial. Según el U.S. Fish and Wildlife Service, se estiman solamente
en los Estados Unidos un total de 48 millones de observadores, los cuales generaron en el 2006 $82 billones en la
producción total de la industria turís tica.
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