La mentalidad anticonceptiva ha introducido en nuestra cultura una manera nueva de pensar y de actuar con relación a la natalidad , que ha trastocado los índices de nacimientos , la comprensión de la sexualidad humana e incluso la idea de tener un hijo . La medicina y la ciencia al servicio de esta mentalidad antinatalista trae fatales consecuencias para la sana convivencia de los esposos .
Ya san Pablo VI tuvo el arrojo de proponer al mundo la encíclica Humanae vitae ( 1968 ) en plena revolución sexual . Sigue siendo hoy una propuesta profética . Le han seguido los papas posteriores , sobre todo san Juan Pablo II , proponiendo a los matrimonios la alta dignidad que Dios ha concedido a la persona humana , varón y mujer , de engendrar nuevas vidas por el uso ordenado de la sexualidad humana . Inspirados en esta propuesta cristiana , la medicina y la ciencia quieren seguir ayudando a los esposos a una « ecología integral » en el campo de sus relaciones humanas y en la administración de las fuentes de la vida .