La muerte del tirano Fidel Castro Suplemento Fidel Castro | Page 34
Fidel Castro, el último representante del Cretácico
P. Pero a cada reforma le sigue una contrarreforma. Abren la mano a actividades
privadas, pero luego las dificultan con tasas de importación, impuestos altos...
R. Por eso digo que hay un conflicto interno en la dirigencia. Raúl habla de unidad, pero yo
no creo que haya tal unidad. Se aprueba una medida que es positiva, pero entonces los
ortodoxos de la vieja guardia empiezan a ponerle trabas y entonces sale un híbrido ahí que
no funciona.
P. ¿Se creó una oligarquía dentro de la revolución?
R. En Cuba siempre ha habido una diferencia entre el top de las autoridades políticas y
económicas y el resto del país. La dirigencia nunca se ha visto limitada por las restricciones
al consumo o los viajes que afectan a la mayoría de la población. En ese sentido, la ley
migratoria es un paso muy positivo: elimina costos, no hace falta carta de invitación o la
tarjeta blanca del Gobierno. Pero luego hay una lista de excepciones. Para tener un
pasaporte, los profesionales (médicos) deben someterse a un procedimiento especial
complicadísimo, y al final, el que decide si se les entrega el pasaporte a esos grupos
(dirigentes políticos o económicos, profesionales de sectores vitales) es el Consejo de
Ministros. ¡Dios mío, con todas las cosas que tienen, que el Consejo de Ministros se
dedique a aprobar pasaportes!
P. Ciclos ideológicos y pragmáticos. ¿Los pragmáticos llegan para compensar el fracaso
de los ideológicos?
R. Correcto. Cuando hay un gran fracaso, como la zafra de los 10 millones… (eso está
vinculado a la idea de Guevara de crear un hombre nuevo, que fracasó, y ambas cosas
fracasan). Y eso entonces crea un problema porque para lograr esa meta el resto de la
economía se fue al suelo. Y cuando se encuentran con esas crisis, entonces viene un ciclo
pragmático. Con el tiempo, los fracasos de los ciclos ideológicos son cada vez mayores, y
las reformas, que eran muy tímidas, se van haciendo más avanzadas hacia el mercado.
Desde 2007, cuando llega Raúl, se inicia el ciclo de reformas más profundas que se han
hecho bajo la revolución. Con Fidel, una vez que ese ciclo pragmático, las reformas,
aunque fueran tímidas, daban algún resultado —porque el trasfondo de todo esto era
mantener el poder y si hay una amenaza real o percibida al poder político, vamos a hacer
una reforma económica controlada para lograr una recuperación y para evitar el
descontento de la población—, pero cuando esas reformas empezaban a dar su fruto,
entonces Fidel daba marcha atrás. La última vez que lo hizo fue en 2003, la batalla de las
ideas. Empezó a tener el apoyo de Hugo Chávez, y entonces dio al traste con las reformas
de los años noventa y vuelta otra vez a la recentralización.