La muerte del tirano Fidel Castro Suplemento Fidel Castro | Page 29
Fidel Castro, el último representante del Cretácico
¿Cuál es el balance de su gestión?
Desastroso. Les prometió libertades a los cubanos, los traicionó y calcó el modelo soviético
de gobierno. Acabó con uno de los países más prósperos de América Latina y diezmó y
dispersó a la clase empresarial, pulverizando el aparato productivo. Tres generaciones de
cubanos no han conocido otros gobernantes durante cincuenta y tantos años de partido
único y terror. Extendió la educación pública y la salud, pero ese dato lo incrimina aún más.
Confirma el fracaso de un sistema con mucha gente educada y saludable incapaz de
producir, hambrienta y entristecida por no poder vivir siquiera como clase media, lo que los
precipita a las balsas. Fusiló a miles de adversarios. Mantuvo en las cárceles a decenas de
miles de presos políticos durante muchos años. Persiguió y acosó a los homosexuales, a los
cultivadores del jazz o el rock, a los jóvenes de pelo largo, a quienes escuchaban emisoras
extranjeras o leían libros prohibidos. Impuso un macho feroz y rural como estereotipo
revolucionario.
El 20% de la sociedad acabó exiliada. Creó una sociedad coral dedicada públicamente a las
alabanzas del Jefe y de su régimen. Por su enfermiza búsqueda de protagonismo, miles de
soldados cubanos resultaron muertos en guerras y guerrillas extranjeras dedicadas a crear
paraísos estalinistas o a destruir democracias como la uruguaya, la venezolana o la peruana
de los años sesenta. Carecía de escrúpulos políticos. Se alió a Corea del Norte y a la
Teocracia iraní. Apoyó la invasión soviética a Checoslovaquia. Defendió a los gorilas
argentinos en los foros internacionales. El 90% de su tiempo lo dedicó a jugar a la
revolución planetaria. Deja un país mucho peor del que lo recibió como a un héroe. La
historia lo condenará. Es cuestión de tiempo.
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